Escribir una obra de teatro: constancia y estudio

PorMagnus

Escribir una obra de teatro: constancia y estudio

Autores de libros hay por doquier. Muchos se dedican a la redacción de cuentos cortos, ensayos y también crónicas. Pero la dramaturgia a veces, en el mundo de la literatura, puede parecer invisible. Los dramaturgos se consideran escritores, pero en la literatura no suelen ser tomados en cuenta, lo que representa un grave error. Escribir una obra de teatro es una representación artística importante que no puede ser ignorada.

Ahora bien: el teatro tiene características que no tienen los otros géneros literarios. Desde la estructura de sus textos hasta la composición de sus personajes, todo cambia. Es posible escribir una excelente obra de teatro si se es constante y si se aplica un estudio profundo en la materia dramatúrgica.

¿Cómo son las obras de teatro escritas?

Al ver un texto, es posible identificar con facilidad si se trata de una obra de teatro. Generalmente, las obras de teatro se escriben línea por línea, de forma independiente. Al comienzo de la línea, se suele indicar en letras mayúsculas el nombre del personaje, seguido de dos puntos. En cada línea, siempre se hace la aclaratoria de quién está hablando con estas indicaciones.

Por otro lado, las obras de teatro muestran muy poca narración por parte del narrador omnisciente. Generalmente esto se reduce solo a la introducción, la conclusión y la aclaratoria entre diálogos de personajes, especialmente enfocadas en los cambios que hay en la escenografía y los movimientos y acciones que deben tomar los personajes, y que no dicen de forma explícita en el diálogo.

¿Cómo comenzar a componer una obra de teatro?

En general, las obras de teatro son más sencillas en su estructura, pero eso no las reduce en profundidad. Por ejemplo: es indispensable, en estos casos, tener claro quiénes son los personajes, qué tipo de discurso tomarán y cómo lo dirán. En esto, la obra de teatro escrita se asemeja más a un guion de televisión o cine, pero con muchos elementos literarios y de escenografía que estos no incluyen.

Una vez teniendo claros cómo son los personajes y su devenir, es que la composición de la obra teatral comenzará a surtir más efecto. Es posible empezar a pensar las diferentes partes y centrarlas en lo que serán varios actos. A través de ellos, las personas podrán ver la obra de teatro de forma gradual y, además, se permitirá el cambio de escenografía frente al público.

También es muy importante aclarar con anterioridad cómo será el discurso visual que se aspira transmitir. En una obra de teatro lo que importan son los personajes, pero no solo lo que dicen, sino también lo que hacen. Todo eso debe quedar claro en el momento de la escritura.

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